Abrió la aplicación de su celular y leyó con atención el significado de la palabra que estaba buscando,… y no se sorprendió en absoluto, ya que el término mudéjar significa “aquel a quién le es permitido quedarse”; haciendo una referencia explícita a los musulmanes que permanecieron en tierras reconquistadas por los cristianos adaptando las formas constructivas musulmanas al arte románico primero y gótico y renacentista después, durante un largo período que abarcó desde el XII hasta bien entrado el siglo XVI.
Así que guardó su teléfono y se dispuso a disfrutar de un largo y placentero paseo por Sahagún, lugar al que se le considera el origen de una nueva concepción del arte, un mestizaje entre dos mundos, el musulmán y el cristiano que alumbró el arte mudéjar.
Mientras se perdía caminando entre las callejuelas de la ciudad vieja Norte pudo comprobar los rasgos comunes a ese peculiar estilo de construcción,… materiales baratos como yeso, ladrillo y madera; arcos de medio punto, apuntados o de herradura de clara influencia islámica, con muros y columnas en ladrillo.
Pero si algo resultaba especialmente llamativo en el conjunto compositivo del arte mudéjar, era sin duda la torre, con una indudable semejanza al alminar islámico.
Estaba buscando la Iglesia de San Tirso, uno de los templos más representativos del arte mudéjar leonés, cuando los restos de la Abadía de San Benito le proporcionaron un hermoso encuadre. A través de uno de sus arcos que todavía permanece en pie, Norte descubrió la silueta de su torre de planta rectangular sobre la que se levantan tres cuerpos con bellas arquerías.
Un templo de bellísima y armoniosa factura que se comenzó a construir en el siglo XII, y tras las primeras hileras en piedra de su ábside fue continuado y concluido en ladrillo.
Muy cerca de allí destacaba otra gran torre, se trataba sin duda de la Iglesia de San Lorenzo, de dimensiones muy semejantes a la de San Tirso pero construida íntegramente en ladrillo en el siglo XIII. Su bella torre troncopiramidal con cuatro cuerpos, destaca por sus galerías de arquillos y conjuga el espíritu cristiano y las formas decorativas musulmanas.
Surgido en tierras cristianas, el mudéjar fue creado y ejecutado por artistas musulmanes en un fructífero intercambio cultural y de mestizaje que ha llegado hasta nuestros días.