sábado, 21 de noviembre de 2020

Subsistencia II

 


No estaba previsto,... me gustan los finales abiertos,... pero quizás la culpa la tenga Josep Mª Panadés... 

Si queréis refrescar la memoria podéis leer Subsistencia I pinchando AQUI 

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Alarmado por el el ruido, volvió a revisar todos los indicadores pero ningún aviso, ninguna señal luminosa o sonora le advirtió de disfunción alguna en la nave. Todo parecía estar en orden.

Desconcertado hizo un rápido repaso mental sobre lo que podía estar sucediendo. Intentó visualizar uno a uno todos los complejos sistemas de la cápsula y una oscura sospecha se materializó en su interior, provocando una sensación de desasosiego que pronto se convirtió en pánico cuando intentó desenganchar el arnés que lo mantenía sujeto.

Intentó girar su cabeza para ver que sucedía en el compartimento trasero pero tan solo alcanzó a ver una pequeña parte. Aquel maldito traje apenas le permitía moverse.

De nuevo aquel zumbido sordo volvió a ponerlo en alerta, justo un instante antes de que la el sistema de propulsión dejara de funcionar. De pronto la ingravidez y aquel silencio atronador lo atenazaron de tal modo que cuando el sistema de su traje espacial que le alertaba del aumento de pulsaciones comenzó a sonar, no pudo evitar un sobrecogedor grito que retumbó en toda la nave.

Ahora sí, las luces del panel de control se iluminaron con destellos de color naranja y rojo y una alerta sonora convirtieron la pequeña cápsula en un infierno. Fue entonces cuando el comandante Alan Stanford se fijó en uno de los indicadores y confirmó su sospecha.

Manipuló el ordenador de abordo y, de inmediato, en la pantalla apareció la configuración de las células de energía de la nave. Aterrorizado comprobó que de las tres unidades, dos de ellas ni siquiera figuraban como instaladas y la tercera se encontraba en rojo con su nivel de energía a cero.

Derrotado, se incorporó ligeramente y pudo ver por la pequeña ventana de la escotilla de babor como la enorme nave nodriza que había abandonado no era más que un pequeño punto en el negro y profundo espacio. 


sábado, 7 de noviembre de 2020

Subsistencia

 


Tan solo un instante antes de que la cápsula de escape se desacoplara, el comandante Alan Stanford notó una ligera vibración seguida de una fuerte sacudida que le hizo tambalearse a pesar del arnés que lo mantenía firmemente sujeto a su asiento. No fue hasta entonces cuando en su rostro crispado se dibujó una expresión de alivio.

Se incorporó en su asiento y, por la escotilla de babor, vio como la enorme nave nodriza se alejaba lentamente y se perdía en la fría y negra inmensidad del espacio. 

Como un autómata, revisó los indicadores del panel de control y comprobó que todo estaba en orden, así que accionó el intercomunicador y tras unos chasquidos iniciales comenzó a hablar.

―Cuaderno de bitácora de la nave Starline. Dia 346 de navegación interestelar…. ―acertó a decir con voz cansada antes de interrumpir la transmisión. 

Se sentía agotado, extenuado, psíquica y físicamente, incapaz de seguir con el relato. No sabía cómo explicar a la Compañía el abandono de una nave que había costado miles de millones de dólares con los cadáveres de sus compañeros a bordo. Tampoco sabría como justificar la pérdida de aquella extraña forma de vida, cuyo estudio era esencial. 

La calidez que le proporcionaba el traje presurizado hizo que, poco a poco, cayera en un profundo sueño, … hasta que, de pronto, un zumbido ronco en el compartimento de carga lo estremeció. Un sonido que reconoció al instante y que, como una descarga eléctrica, recorrió su médula espinal.

Continurá...


250 palabras

domingo, 1 de noviembre de 2020

La senda mítica


Quizás no fuese espectacular y tampoco su dificultad fuese muy alta, pero lo cierto es que para Norte los Lagos de Covadonga tenían algo de mítico que hacía de esa ruta de senderismo una experiencia difícil de olvidar. 

La belleza natural de estas montañas y la necesidad de preservarlas hizo que hace más de 100 años esta región fuese declarada el primer parque nacional en nuestro país. Y es que el el 22 de julio de 1918 nace el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. Fue como el origen de todo, … era la primera vez que en nuestro país se iniciaba una senda que otros países habían comenzado hacía ya bastante tiempo. 

Es sin duda una ruta mítica. Una bella caminata por un lugar al que uno siempre querrá volver, una senda que transcurre en torno a lagos glaciares que permanecen, desde hace miles de años, apenas alterados por el hombre.