domingo, 14 de noviembre de 2021

A un panal de rica miel…

 


¡Qué fácil había resultado! ―sonrió a la vez que ultimaba la compra on line de los pequeños ofidios.

Oculto tras internet, con un simple concurso literario, había logrado conocer los miedos mas secretos de un montón de incautos que creyéndose grandes escritores habían caído en el engaño.

Pacientemente, durante más de un año, había creado un blog; allí fue ganándose la confianza de esos inocentes. Había tenido que convocar un concurso literario, comentar los soporíferos relatos y felicitar a unos mediocres plumillas de tres al cuarto, pero ahora su argucia había llegado a su fin.

Sutilmente, a lo largo de los comentarios y correos cruzados, había acumulado una extensa información de muchos de ellos relativa al lugar donde vivían, sus nombres, su trabajo, incluso sobre sus gustos.

Fue poner “Leyendas urbanas” y como en la famosa fábula de Esopo “A un panal de rica miel…” un montón de ingenuos acudieron, …

Ahora, mientras esperaba el envío de Amazón, tendría que preparar la forma de introducir las 20 diminutas serpientes de cuello redondo de apenas 20 cm de longitud en su váter. No eran venenosas pero a buen seguro el susto la llevaría al límite.

Y después vendrían los siguientes. Por lo de pronto ya había localizado un edificio de 40 plantas en construcción con un hermoso hueco de ascensor. También sabía de un pequeño hotel que ardería como una tea.

La única duda era como abordar los miedos de la señorita de las estrellas fugaces.


sábado, 13 de noviembre de 2021

Mar, viento y arena

 

Se acabó el verano en Corrubedo. Ahora se puede disfrutar del sonido del mar rompiendo sobre las rocas, del olor a salitre que inunda cada rincón y del viento que peina los cañaverales y pacientemente se encarga de borrar los vestigios del verano. Todo es calma y tranquilidad.


Solo mar, viento y arena. Todo lo que alcanza la vista es producto de la interacción de estos tres elementos. El paisaje, relieve modelado con paciencia infinita de artesano, mantiene su hermoso y delicado equilibrio con la flora y la fauna, conformando un todo en el que nada es superfluo.  


 Con la llegada del otoño, el extenso cordón de playa y los sistemas eólicos asociados, repletos de gente durante el verano, recuperan el sosiego que solo la naturaleza sabe imponer.  


Las lagunas costeras, separadas del océano por depósitos arenosos, rebosan actividad y constituyen uno de los hábitats de mayor interés, jugando un importante papel en la conservación de muchas especies de aves.


Durante el invierno las borrascas aceleran e intensifican la acción modeladora de los elementos sobre el paisaje. Es el momento de esperar, de agazaparse, de aguantar y perseverar hasta que finalmente las tormentas se calman, los vientos se debilitan…  


… y la primavera se despereza, al tiempo que la naturaleza comienza de nuevo su andadura.


 Y de nuevo,… solo mar, viento y arena.