“La última vez que Saturno estuvo en estación retrógrada en el vigésimo
primer grado (20°) de Capricornio fue en 1666, el año del Gran Incendio de
Londres. Saturno está ahora en el mismo grado y entrará en estación retrógrada
el 29 de abril. Y trágicamente, tenemos un incendio en Notre Dame”
Nada más acabar de leer la noticia en la prensa digital, en el rostro de
Norte se dibujó una muestra de disgusto. Cada uno es muy libre de pensar lo
que le venga en gana, pero de ahí a achacarle a un planeta como Saturno la
responsabilidad de un incendio como el de Notre Dame, eso era mucho para él.
Y es que a pesar de haber transcurrido
casi dos años desde la última vez que
había estado allí, todavía recordaba con toda nitidez los bellísimos
días de otoño que pasó en la capital francesa. Paris es hermosa en cualquier
época del año pero, para él, el otoño en esa ciudad es mágico.
Los atardeceres se tiñen con una luz especial, el frescor de la tarde invita
a refugiarse en las terrazas más abrigadas y los árboles de las avenidas
comienzan a teñirse de tonos amarillos. Es entonces cuando, entre las sombras del atardecer, se
pueden intuir los andares toscos de Quasimodo por los tejados de la catedral, confundido entre las gárgolas y las
quimeras.
Ahora con los dos tercios de la techumbre de la catedral arruinados por el
fuego, Norte deseó que, entre los escombros de la
tragedia, los bomberos no encontrasen los cuerpos calcinados de Quasimodo y Esmeralda.
Dio otro sorbo a su café y continuó leyendo la noticia y, casi al instante,
una sonrisa socarrona comenzó a dibujarse en su rostro. Y es que un astrónomo, esta vez de verdad, puntualizaba la afirmación anterior... y respiró tranquilo: “Saturno
no está en Capricornio ahora ni el 29 de abril”.
Ahora solo quedaba esperar,… y desear que Quasimodo pueda volver a tañer las campanas de catedral
muy pronto.