Como si se tratase de una postrer caricia, de un último abrazo antes de que la negrura
de la noche lo invadiese todo, el sol se precipitó tras el horizonte, tiñendo el
cielo con una fascinante gama de infinitos rojos, amarillos y rosados.
Norte sabía que era el momento en el que se adentra en territorio ignoto,
una región desconocida y enigmática, en el que cada uno, a su manera, se aventura en un paisaje inventado en el que los sentimientos afloran…
… y donde la imaginación se convierte en protagonista.
Es el momento de caminar
descalzo, de sentir la calidez del día cada vez que los pies se hunden en la
arena todavía caliente de la playa de Maspalomas. Un lugar sin límites donde perdernos, aunque solo sea durante la fugaz eternnidad que dura el ocaso.
Pero, sobre todo, es un
escenario hecho a medida de cada uno, un escenario en el que, al mismo tiempo, nos convertimos en espectadores y protagonistas…
... es el rubor de la noche.
Imagens maravilhosas, e palavras cheias de encanto poético. "...é o rubor da noite."
ResponderEliminarPara Norte, são algumas de suas fotografias que ele mais gosta. Aquele momento mágico do pôr do sol quando a noite está prestes a vencer o dia.
ResponderEliminarMuito obrigado pelo seu tempo!
¡Preciosas imágenes! Creía que era Galicia...pero es Canaria...por los comentarios en galego. Le tengo mucho cariño a Galicia, mi marido es hijo de un galego al que quise muchísimo.
ResponderEliminarSaludos Toño!
Así es, es un atardecer fantástico en Las Islas Canarias, me alegro que por un momento te haya recordado a mi tierra, Galicia.
EliminarMuchas gracias por tu tiempo!