Entre el cielo y el mar, un puñado de islas emerge en medio de la
inmensidad del Océano Atlántico; roca, arena y viento con una rara y hermosa
mezcla de raíces africanas y la herencia europea. Es el archipiélago de las
Islas de Cabo Verde, un lugar para vivir la naturaleza...
Pero para Norte viajar es
algo más que ver simples escenarios, por asombrosos que sean. Para Norte
conectar con las personas, con la esencia local, es quizás la razón de ser de
sus viajes.
Apoyado en un precario muro, Norte no pudo menos que sonreír al ver jugar a
aquellos niños con una enorme y maravillosa sonrisa dibujada en sus labios
mientras quizás soñaban con emular algún día a sus ídolos del universo “Champions
league”.
En aquellos momentos eran los Ronaldos y los Mesis que se enfrentaban en
una final épica en el campo de arena y piedras situado en Salamansa, una
pequeña aldea de pescadores en la Isla de Sa͂o Vicente. Era sin duda el Bernabeu
o el Nou Camp, dependiendo de los sueños y predilecciones de cada uno de ellos.
Lo había visto muchas veces a lo largo de su vida y una vez más Norte
comprobó que, afortunadamente, los niños jugaban felices ajenos a la realidad
que los rodea.
Era domingo, ese día de la semana en el que las comunidades pesqueras de la
isla aprovechan para descansar, ese día placentero y relajante en el que
también en Sa͂o Pedro, Calhau o en la Baía das Gatas se ralentizan las labores diarias…
Una vez más, Norte reparó
en que vivimos en un mundo lleno de cosas prescindibles,… y que sin duda deberíamos
aprender a ser felices con lo que tenemos.
Y Norte no pudo menos que
parafrasear a Agustín de Hipona y también al refranero popular, y recordó que no es más rico el que más tiene,
sino el que menos necesita.
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