El día frío del mes de marzo no desanimó a Norte. El cielo despejado y la
atmósfera límpida hizo que la luz incidiese sobre las pieles de vidrio de los
edificios. Fue entonces cuando las fachadas de la ciudad se transformaron en
enormes pantallas que reprodujeron una bella paradoja visual,… una realidad
alterada que cambió su percepción del espacio y que de inmediato le fascinó. Eran
las cajas de cristal, eran las pieles de vidrio de la ciudad de New York,… era
el hermoso reflejo de la transparencia.
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