jueves, 5 de abril de 2018

Gradara: entre la leyenda y la historia




A medida que la sinuosa carretera lo acercaba y el conjunto iba ganado protagonismo, a Norte se le fue dibujando una sonrisa en su rostro.

«Italia nunca defrauda»  ̶ pensó mientras intentaba recordar el sin fin de pequeños pueblos con los que se había topado cada vez que viajaba a aquel país. Daba igual la región en la que se moviese o la época del año que fuese. Tras el meandro de un río, en medio de una llanura o en lo alto de una colina, siempre había esperándolo un hermoso lugar cuya historia se enzarzaba en las brumas del tiempo. Y Gradara, en la región de Las Marcas, no era una excepción.


Durante la Edad Media y el Renacimiento sus murallas habían sido testigo de alianzas y desencuentros entre las familias más poderosas de la península italiana y el papado. Allí dejaron su huella los Sforza, los Montefeltro, los Borgia, los Medici o los Della Rovere,… pero especialmente los Malatesta.

Porqué los Malatesta, además de ser los responsables, allá por los siglos XIII y XIV, de la construcción del castillo y del doble anillo de murallas que todavía hoy en día protege al hermoso burgo, fueron los protagonistas de un pasaje de la historia que rivaliza con uno de los dramas de amor más famosos del mundo de la literatura.


Fue entonces cuando recordó que, tras sus muros, Paolo Malatesta y Francesca de Rímini fueron arrastrados por el torbellino infernal del amor prohibido. Un matrimonio de estado que obligó a una jovencísima Francesca a contraer matrimonio con el hermano equivocado, … con Gianciotto, apodado “el cojo”.

Norte elevó su ceja izquierda al tiempo que en sus labios se dibujaba una sutil mueca que recordaba a una sonrisa. Quizás su malformación física había ayudado a que los caprichos del destino llevaran a Francesca a los brazos de su hermano Paolo; a un amor tan secreto como trágico.

No fue más que una cuestión de tiempo que el desventurado marido descubriese la infidelidad y les diese muerte en el acto, víctima de un ataque de celos. Todo un drama que Dante Alighieri plasmó en el Canto quinto del Infierno, “El viento infernal: los prisioneros del amor carnal”, en la Divina Comedia.


Son las tragedias que rivalizan, son los Maletesta y los Capuleto, es Verona y Gradara, son Romeo y Julieta, son Francesca y Piero, es William Shakespeare y Dante Alighieri,…. es el arquetipo de amantes desventurados.


Es la fortaleza que sigue vigilante, coronando un hermoso paisaje de verdes colinas y olivos. Es  la Rocca de Gradara.

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