viernes, 17 de octubre de 2014

Cocotier



Habían comido en un precioso restaurante sobre el río Aar. Al finalizar decidieron pasear por el antiguo casco medieval de la ciudad.

- ¿Y esa música? –preguntó Francesca sorprendida.

La melodía, una increíble mezcla de música latina, flamenco y jazz, llegó hasta ellos mientras callejeaban por las animadas calles de Berna, disfrutando de una cálida y soleada tarde que invitaba a disfrutar de la capital Suiza.

Sorprendidos y, quizás, un poco seducidos por el ritmo de aquel tema musical que, a medida que avanzaban, se oía más nítidamente, Francesca y Norte, tras una mirada cómplice, se dirigieron directamente al origen de la música.

Desembocaron en una plaza presidida por la catedral. En uno de sus laterales, arropados por un pequeño número de curiosos, tres jóvenes interpretaban un tema con profundas raíces andaluzas.

Se quedaron un buen rato fascinados, atrapados por aquella melodía fresca y tan abrumadoramente cercana, a pesar de encontrarse a miles de km del sur de España. Poco a poco, sus pies comenzaron a moverse al ritmo de la música. El grupo de espectadores, como si se tratase de un ondulante campo de trigo agitado por el viento, se movía acompasado, con una sonrisa de bienestar dibujada en sus rostros.

Durante unos instantes la burbuja de turista que los envolvía y aislaba del exterior se disolvió. De pronto se sintieron como en casa, disfrutando de un instante mágico e irrepetible.

Cuando terminaron, Norte se dirigió hacia ellos para comprarles un CD. Su sorpresa fue mayúscula cuando se enteró que la Cocotier Band, era un grupo de Zabrze (Polonia) y sus componentes: Andrzej Krośniak (guitarra), Mateusz Gremlowski (bajo), Krzysztof Cisowski (guitarra).



2 comentarios:

  1. ¡Qué hermosa desmitificación de la herencia cultural¡ Berna y sus fuentes me ha llevado a otro mundo, a otra época. Y la música, patrimonio de todos, genial. Me gusta tu modo de terminar tus entradas. Un abrazo.

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  2. ¡Qué hermosa desmitificación de la herencia cultural¡ Berna y sus fuentes me ha llevado a otro mundo, a otra época. Y la música, patrimonio de todos, genial. Me gusta tu modo de terminar tus entradas. Un abrazo.

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